Opinión

 EEUU: las farmacéuticas y la estrategia comercial de Trump

Por John C. Peace

La propiedad intelectual es considerada por los Estados Unidos como un instrumento de conquista de mercados a través del registro de marcas y patentes en todo el mundo, de allí la importancia que tiene esta disciplina propietaria para ese país.

La Oficina del Representante de Comercio de Estados Unidos (USTR) presentó recientemente la Estimación Nacional de Comercio (NTE) de 2025 al presidente Trump y al Congreso. La NTE es un informe anual que detalla las barreras al comercio exterior a las que se enfrentan los exportadores estadounidenses y los esfuerzos de la USTR para reducir esas barreras. Una de estas barreras es la propiedad intelectual.

El gobierno de Trump afirma que la “movilidad ascendente” que ofrece el sector manufacturero no está ampliamente disponible para la clase trabajadora norteamericana y que gran parte del poderío industrial se ha trasladado al extranjero, mientras que la innovación ha comenzado a seguirlo.

Los puestos de trabajo en los Estados Unidos disminuyeron de 17 millones en 1993 a 12 millones en 2016. Más de 100.000 fábricas cerraron entre 1997 y 2016.  y el déficit comercial de bienes de Estados Unidos se ha disparado a más de un billón de dólares, afirma el gobierno.

 Según la USTR: «Ningún presidente estadounidense en la historia moderna ha reconocido las amplias y dañinas barreras al comercio exterior que enfrentan los exportadores estadounidenses más que el presidente Trump»,

«Bajo su liderazgo, esta administración está trabajando diligentemente para abordar estas prácticas injustas y no recíprocas, ayudando a restaurar la equidad y poner a las empresas y trabajadores estadounidenses trabajadores en primer lugar en el mercado global, afirma la USTR.

Para las corporaciones de EEUU, la USTR y el propio Trump, las trabas a los registros de marcas y patentes de empresas estadounidenses constituyen un motivo suficiente para imponer aranceles o sanciones a un país considerado comecialmente hostil. Así, cada año elabora un Informe de Vigilancia 301 en materia de propiedad intelectual donde se establece el comportamiento de los países en su relación con los interes comerciales de las firmas norteamericanas (ver mapa arriba).

En esta estrategia agresiva, las cámaras de comercio de EEUU y sus embajadas cumplen un rol fundamental a la hora de ejercer presión sobre los jueces, parlamentarios y funcionarios de gobierno  de territorios en los que se intenta el control y la ampliación de los mercados de productos y servicios.

Una de las industrias mas controversiales es la farmacéutica, que mediante su influencia, logra penetrar los tres poderes del Estado e imponer sus prácticas comerciales agresivas destinadas a capturar ganancias extraordinarias mediante la imposición de precios más a llá de lo razonable mediante políticas de patentes y regulación del registro sanitario de medicamentos para crear monopolios de patentes por al menos 20 años.

Bajo la denominación de “desregulación” en la comercialización y las patentes de productos farmacéuticos se encubre un verdadero mecanismo de saqueo de la población enferma, aplicando elevados precios a medicamentos esenciales para mantener la salud y la vida.

Así, los fondos de inversión poseedores de las acciones de las farmacéuticas que cotizan en Wall Street se encargan de mantener activos esos mecanismos de extracción de ganacias para incrementar los dividendos de sus accionistas globales, integrantes del poder eonómico que aseguren el funcionamiento del sistema comercial de EEUU.

La mercantilización de la salud a precios elevados socavan los presupuestos estatales en países de renta media, mientras  hace imposible el acceso en aquellos de renta baja y, en todos los casos, atenta contra la salud de gran parte de la población mundial, sin respuestas concretas por parte de los gobiernos de las poblaciones afectadas.

Las corporaciones farmacéuticas estadounidenses han comprado a los gobiernos de los países centrales y periféricos, organismos internacionales, sociedades médicas, universidades, medios de comunicación, oficinas de patentes y reguladores de la salud, imponiendo las condiciones que imperan actualmente en el mercado global de los medicamentos e insumos médicos.

La amenaza a la salud representa uno de los mayores peligros que enfrenta la humanidad en su esfuerzo por mantener la vida, en un contexto geopolítico de guerras comerciales que ponen en riesgo la propia existencia del ser humano.

Origen: Observatorio Sudamericano de Patentes : EEUU: las farmacéuticas y la estrategia comercial de Trump

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