El medicamento como herramienta geopolítica – LISA News
Los medicamentos ya no son sólo una cuestión sanitaria, sino también estratégica. Su fabricación, control y distribución revelan nuevas tensiones en el equilibrio global. En este artículo, Miguel Cuesta Hoce, alumno del Máster Profesional de Analista Estratégico y Prospectivo de LISA Institute, explica la transformación de la cadena farmacéutica.
Durante años, el equilibrio global en materia farmacéutica se sostuvo sobre una lógica aparentemente estable: la innovación residía en Occidente. La producción se externalizaba a Asia, y el acceso a los medicamentos en las regiones más ricas del planeta se daba por garantizado.
Sin embargo, los recientes episodios de tensión global (desde pandemias hasta guerras comerciales y conflictos regionales) han desvelado una verdad incómoda. El medicamento ha dejado de ser un bien puramente sanitario para convertirse en un recurso estratégico en la cadena farmacéutica global.
La pregunta ya no es solo quién innova, sino quién fabrica, controla y distribuye.
El desequilibrio entre el consumo sofisticado y costoso de los países occidentales y la producción deslocalizada en Asia plantea una paradoja geopolítica. Occidente, pese a su poder económico, depende de las decisiones logísticas y políticas de actores como China e India para acceder a medicamentos esenciales. Esta situación refleja la dependencia creciente de Occidente respecto a China en el ámbito farmacéutico. Esto puede traducirse, en escenarios de crisis, en escasez o incluso chantaje estratégico.
¿Qué se consume y dónde se produce el medicamento?
El consumo farmacéutico mundial no está repartido equitativamente. Mientras que Europa y EE.UU. demandan tratamientos de alto coste vinculados a enfermedades crónicas y degenerativas, buena parte del sur global se enfrenta a un consumo basado en medicamentos genéricos de bajo valor.
En paralelo, los ingredientes activos (APIs) y las materias primas (KSMs) que hacen posible esa producción ya no se fabrican en Occidente. La concentración de la producciónglobal de APIs en China e India es una de las mayores vulnerabilidades del sistema actual.
Esta disociación entre consumo e infraestructura de producción genera una vulnerabilidad estructural. Europa y EE.UU. mantienen la capacidad de innovar y regular, pero han cedido el control sobre los eslabones iniciales de la cadena. En caso de disrupción, ni la excelencia tecnológica ni el poder regulatorio bastan si no se puede acceder a lo esencial. La pandemia de COVID-19 y la guerra en Ucrania lo demostraron con claridad.
Cadenas frágiles del medicamento y estrategias adaptativas
La logística global de los medicamentos no es frágil por naturaleza, pero tampoco está garantizada. Eventos como bloqueos, pandemias o decisiones unilaterales de ciertos gobiernos han dejado en evidencia la fragilidad logística evidenciada durante la pandemia. El cierre de exportaciones de APIs por parte de India, o las limitaciones provocadas por la guerra en Europa oriental, obligaron a muchos países a replantearse su modelo de dependencia.
Tanto EE.UU. como la UE han iniciado medidas de reindustrialización, pero con estrategias distintas. Mientras que Washington ha optado por subsidios directos, legislación restrictiva (como el Inflation Reduction Act y la Executive Order 14017) y una narrativa de seguridad nacional, Bruselas avanza más lentamente y con menos herramientas políticas efectivas. A esto se suma el problema de fondo: replicar la escala productiva asiática sigue siendo, en muchos casos, antieconómico.
China + 1: diversificación sin ruptura
Ante la imposibilidad de romper con China, se impone la estrategia conocida como «China + 1«: mantener parte de la producción en territorio chino mientras se trasladan otras fases a países como India, Vietnam, México o incluso socios del Golfo Pérsico. Esta estrategia busca minimizar riesgos sin perder eficiencia, pero tiene un coste: añade complejidad logística y encarece los productos.
Además, no todos los socios ofrecen garantías similares. India, aunque atractiva por su capacidad de producción, sigue dependiendo de APIs chinas. Vietnam carece aún de un ecosistema regulatorio robusto. Y en regiones como América Latina o el Golfo, las condiciones políticas o la falta de integración regional limitan su potencial.
Asia se convierte en actor, no solo proveedor de medicamentos
La verdadera transformación, sin embargo, no viene de Occidente. Asia está redefiniendo su papel. China ya no quiere ser solo el taller del mundo. A través del plan ‘Made in China 2025‘ está apostando por la autosuficiencia tecnológica, también en salud. India, con su ‘Pharma Vision 2030‘, busca consolidarse como potencia exportadora de medicamentos asequibles. Y países como Corea del Sur o Japón están posicionándose en biotecnología y medicina de precisión.
Esto implica un cambio de órbita: Asia no solo produce para Occidente, sino para sus propios mercados, cada vez más ricos, envejecidos y exigentes. Y también para sus aliados. El acceso a medicamentos puede convertirse en herramienta diplomática, en incentivo de cooperación o en instrumento de presión geoestratégica.
Occidente frente al espejo: el dilema del medicamento entre principios y supervivencia
En este nuevo escenario, las potencias occidentales se enfrentan a una disyuntiva: diversificar sin perder capacidad de influencia. Pero también sin renunciar del todo a sus principios democráticos, regulatorios o éticos. Relocalizar parte de la producción implica negociar con países que no siempre comparten sus valores. A la vez, seguir dependiendo de China conlleva riesgos estratégicos y reputacionales.
Mientras EE.UU. parece dispuesto a asumir contradicciones en nombre de su seguridad nacional, la UE se ve atrapada entre su discurso normativo y su falta de agilidad. El dilema no es solo industrial o logístico: es también moral. Y lo será cada vez más en la medida en que el acceso a medicamentos pase de ser una cuestión de salud a una palanca de poder.
Conclusión: el nuevo mapa global del medicamento
La geopolítica del medicamento ya no es un horizonte hipotético: es una realidad en plena mutación. Las antiguas lógicas de centro y periferia, de innovador y productor, están siendo reemplazadas por una arquitectura más compleja, donde la interdependencia se vuelve política. Occidente debe decidir si está dispuesto a compartir el control del sistema, a negociar con nuevos actores y a renunciar a una parte de su hegemonía reguladora en favor de la resiliencia estratégica. Porque el medicamento, hoy, ya no es solo salud: es poder.
Escenarios prospectivos: hacia dónde podría ir el equilibrio farmacéutico global
- Escenario de regionalización multipolar: El mundo se organiza en bloques regionales con cadenas de suministro relativamente autónomas. Asia lidera la producción de medicamentos genéricos y APIs, consolidando alianzas dentro de la ASEAN y con países del sur global. EE.UU. refuerza su producciónnacional y la de países aliados (México, Canadá), mientras la UE avanza lentamente en la relocalización parcial. África quedó como consumidor dependiente. La cooperación entre bloques es selectiva y marcada por la lógica del friend-shoring.
- Escenario de desacoplamiento parcial con China: EE.UU. y, en menor medida, la UE endurecen su postura ante China, con restricciones regulatorias y diversificación forzada. India, Vietnam y algunos países del Golfo captan inversión occidental, pero no logran sustituir totalmente la capacidad China. China, por su parte, prioriza su mercado interno y el de sus aliados, desarrollando capacidades innovadoras que reducen su dependencia de Occidente.
- Escenario de gobernanza compartida y cooperación sanitaria estratégica: Tras nuevas disrupciones globales (climáticas, sanitarias o geopolíticas), se consolida una arquitectura de gobernanza mixta. Se crean reservas farmacéuticas regionales, se refuerzan los sistemas de vigilancia y se firma un nuevo marco internacionalque regula la producción y el comercio de medicamentos esenciales. Aunque persisten tensiones, se logra evitar una carrera por el acaparamiento, y países como India o Corea del Sur participan activamente junto a EE.UU. y la UE.
Estos escenarios no son excluyentes ni definitivos. Sirven para plantear posibles trayectorias y ayudar a los responsables de estrategia y prospectiva a anticipar riesgos, preparar capacidades y decidir con mayor lucidez en un entorno global cada vez más incierto y politizado.
Origen: El medicamento como herramienta geopolítica – LISA News