Opinión

La salud que importa es la de los inversores 

Por Esteban Magnani

El 4 de diciembre de 2024, Brian Thompson, el CEO de la aseguradora de salud UnitedHealth, fue asesinado a la salida de un hotel en Nueva York. Las cámaras de seguridad grabaron a Luigi Mangione, un joven de 26 años, disparando. Todo indica que buscaba venganza contra un sistema de salud que utiliza sistemáticamente el método de “denegar”, “retrasar” y “derribar” como él mismo había escrito en las balas que disparó contra el ejecutivo.

En breve comenzará el juicio contra Mangione, pero junto con el acusado se debatirá el rol de las aseguradoras de salud y la aparente incompatibilidad entre dar un buen servicio y presentar la mayor cantidad de dividendos a los accionistas.

Justamente este punto es el que ha ocasionado un nuevo juicio contra UnitedHealth por parte de sus accionistas: la que acusan de cambiar las políticas que negaban sistemáticamente la atención de sus afiliados por el escándalo.

Números nada más

UnitedHealth es la mayor aseguradora de salud de los EE.UU., con 29 millones de afiliados y una cuota de mercado cercana al 15%. La que le sigue es Elevance Health, con menos del 8%. En febrero de este año, el Departamento de Justicia de los EE.UU. inició una investigación contra la compañía para determinar si estaba utilizando tácticas contra la competencia.

Pese a todos los percances que pusieron a la aseguradora bajo la lupa, en el último reporte financiero trimestral, publicado el 17 de abril, anunció ganancias por más de 9.000 millones de dólares, aproximadamente mil millones más que el primer cuatrimestre del año anterior. Equivalen al 9% de la facturación total.

Pese a estos números excelentes, las acciones de la empresa cayeron ese día un 22%. ¿La razón? El día anterior al asesinato de Thompson, UnitedHealth había publicado sus perspectivas de ganancias netas por acción para el 2025 entre los los 29,50 y los 30 dólares. Casi un mes y medio después de la muerte del CEO, la empresa ratificó ese número. Sin embargo, en el reporte del primer trimestre redujo esa cifra a entre 26 y 26,50. En el mismo reporte se señalaba que la empresa había incrementado los servicios de salud muy por encima de lo previsto. En las semanas siguientes las acciones continuaron cayendo.

Todo indicaría que UnitedHealth estaba dispuesta a reducir los márgenes de ganancias para revertir su imagen voraz expuesta con el asesinato de su CEO. Según los analistas, la tasa de rechazo de cobertura era del cerca del 33% en algunos planes, uno de los números más altos del mercado. Mangione ya recibió más de un millón de dólares en donaciones para su defensa, un indicador del rencor que estas empresas acumularon durante años de obstaculizar la atención médica solicitada.

Voracidad capitalista

En este contexto, BlackRock, el gigante de inversiones de los EE.UU., inició una demanda contra UnitedHealth, de la que posee casi el 8% de las acciones. La acusa de no haber advertido a los inversionistas de que relajaría las duras trabas que solía poner para cubrir los tratamientos que le solicitaban.

En un comunicado, advirtió que luego del asesinato del CEO, la compañía dejó de perseguir “la agresiva táctica anti-consumidor que necesitaría alcanzar” para conseguir los objetivos económicos planteados. En otras palabras, la empresa no había advertido a sus accionistas que comenzaría a aprobar con mayor facilidad los servicios de salud por el que le pagan sus afiliados, incluso si eso reducía un poco las ganancias.

La demanda colectiva a la que invitan a otros accionistas exige una indemnización de la empresa la cuál, para ser pagada, requerirá volver o superar los niveles de rechazo de servicio a los que estaban acostumbrados. El 13 de mayo el nuevo CEO de UnitedHealth renunció a su cargo.

Las aseguradoras de salud nacen de la necesidad de cubrir colectivamente los riesgos de un accidente o una enfermedad. Cuando ese objetivo queda supeditado al mandato de producir la mayor cantidad de ganancias que sea posible, el objetivo fundacional puede pasar a ser un obstáculo, como en este caso. En resumen, contra lo que enseñaba Adam Smith, dar un buen servicio puede no ser un buen negocio y en casos extremos como este, puede costar vidas.

El 17 de abril pasado se acusó formalmente a Mangione, quien se había declarado inocente. Aún no se sabe cuándo iniciará el juicio. Todo indica que el evento constituirá también un análisis de cómo funciona el sistema de salud de los EE.UU., el más caro del mundo por habitante. Las aseguradoras seguramente preferirían continuar manteniendo su negocio en las sombras. No es el caso de BlackRock y los inversionistas que tienen claras sus prioridades.

Origen: La salud que importa es la de los inversores | OPINION. Luego del asesinato de su CEO, UnitedHealth es acusada de dar “demasiados” servicios | Página|12

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