¿Existe riesgo para los medicamentos genéricos bajo el gobierno de Milei?
Sí, existe un riesgo potencial significativo para el modelo de medicamentos genéricos tal como lo conocemos, pero no debido a una “prohibición” directa, sino a un cambio radical en el entorno regulatorio y de incentivos impulsado por el INPI y el Ministerio de Economía.
Por Carla Pillman
1. El Contexto: La Política del Gobierno de Milei
El gobierno de Milei se basa en principios libertarios y anarcocapitalistas, que en la práctica se traducen en:
- Desregulación extrema: Eliminar “trabas” burocráticas y barreras al mercado.
- Reducción del Estado: Minimizar la intervención estatal en todos los ámbitos, incluida la salud.
- Protección absoluta de la propiedad privada: Esto incluye la propiedad intelectual (patentes, marcas) como un derecho inviolable.
- El mercado como único regulador: La competencia, según esta visión, debería ser suficiente para regular precios y calidad.
Estos principios chocan frontalmente con el modelo de genéricos, que históricamente ha dependido de una intervención estatal activa para equilibrar los derechos de los innovadores (laboratorios de marca) con el derecho a la salud de la población.
2. El Rol del INPI (Instituto Nacional de la Propiedad Industrial)
El INPI es el organismo clave aquí. Bajo la nueva gestión, su misión se ha alineado completamente con la filosofía gubernamental. Las resoluciones y prácticas que se están implementando (o se rumorea fuertemente que se implementarán) apuntan en varias direcciones peligrosas para los genéricos:
A. “Patent Evergreening” o “Alargamiento de Patentes”:
- ¿Qué es? Es la estrategia de los laboratorios innovadores de presentar nuevas patentes sobre modificaciones menores de un fármaco (una nueva sal, una nueva forma de liberación, un nuevo uso) justo antes de que expire la patente principal. El objetivo es extender su monopolio y retrasar la entrada de genéricos.
- Riesgo: Un INPI “pro-patente” podría ser mucho más laxo y favorable al aceptar estas patentes secundarias, considerándolas “innovaciones” válidas. Esto bloquearía legalmente a los genéricos durante más años, incluso para medicamentos cuya molécula original ya debería ser de libre uso.
B. Debilitamiento de las Oposiciones:
- ¿Qué es? El sistema actual permite que terceros (como laboratorios de genéricos o la propia ANMAT) se opongan a la concesión de una patente si consideran que no cumple con los requisitos de novedad o actividad inventiva.
- Riesgo: El INPI podría restringir o eliminar este mecanismo, viéndolo como una “trama” que retrasa los derechos legítimos del innovador. Esto dejaría el proceso de concesión de patentes en manos exclusivas del solicitante y el examinador del INPI, sin el contrapeso de la industria local.
C. Alineación con Estándares Internacionales “Maximalistas”:
- El gobierno podría buscar alinearse con tratados como el UPOV 91 (que otorga más derechos a los obtentores de variedades vegetales, afectando insumos médicos de origen natural) o presionar para aceptar cláusulas de propiedad intelectual más duras en acuerdos internacionales, que superen las flexibilidades permitidas por la OMC (por ejemplo, acortando los plazos para la aprobación de genéricos durante la patente – “Bolar exception”).
3. Consecuencias para el Mercado de Genéricos
- Menor Competencia y Aumento de Precios: Si se extienden los monopolios de patentes, habrá menos genéricos compitiendo en el mercado. La falta de competencia es el principal driver del aumento de precios. Los medicamentos dejarían de bajar de precio abruptamente al vencer la patente.
- Concentración del Mercado: Los laboratorios multinacionales innovadores recuperarían cuota de mercado a expensas de los laboratorios nacionales de genéricos, muchos de los cuales podrían quebrar o verse forzados a asociarse como meros productores bajo licencia.
- Impacto en el Sistema de Salud:
- Sistema Público y Obras Sociales: Tendrían que destinar una porción mucho mayor de su budget a comprar medicamentos, ya que los genéricos baratos serían reemplazados por medicamentos de marca caros. Esto podría llevar al desabastecimiento en hospitales públicos.
- Pacientes: El gasto de bolsillo se dispararía. Muchas personas con enfermedades crónicas (diabetes, hipertensión, HIV) podrían no poder costear sus tratamientos.
4. El Contrapeso: La ANMAT
Un actor crucial en este escenario es la ANMAT (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica). La ANMAT es la encargada de registrar los medicamentos y garantizar su calidad, seguridad y eficacia.
- Escenario optimista: La ANMAT podría mantener su independencia y sus estándares técnicos, actuando como un contrapeso al INPI. Podría, por ejemplo, agilizar la aprobación de genéricos para moléculas que considere que no deberían estar bajo patente.
- Escenario pesimista: Si la filosofía de desregulación también llega a la ANMAT, podrían relajarse los estándares de bioequivalencia (el requisito que prueba que un genérico es igual de efectivo que el original). Esto abarataría costos pero pondría en riesgo la salud de la población con medicamentos de baja calidad. Es una desregulación peligrosa.
Conclusión
Sí, los medicamentos genéricos están en un peligro real y tangible. No porque el gobierno emita un decreto que los prohiba, sino porque las políticas del INPI, alineadas con la visión económica de Milei, están diseñadas para fortalecer los derechos de propiedad intelectual de los laboratorios innovadores en detrimento de la competencia de genéricos.
El resultado probable es un mercado farmacéutico menos competitivo, con precios más altos, un Estado con mayor dificultad para abastecer a la población y un impacto negativo directo en el bolsillo y la salud de los argentinos. El gran interrogante es si la ANMAT podrá actuar como un dique de contención técnico frente a esta embestida ideológica a favor de la propiedad intelectual absoluta. La situación es dinámica y requiere vigilancia constante por parte de asociaciones de consumidores, profesionales de la salud y la industria farmacéutica local.