Las vacunas de ARN mensajero (mRNA) como las de Pfizer-BioNTech y Moderna, que ayudaron a frenar la pandemia de COVID-19 salvando millones de vidas, podrían tener un beneficio inesperado: estimular el sistema inmunológico para combatir el cáncer.
Un estudio publicado en Nature por investigadores de la Universidad de Florida y el MD Anderson Cancer Center de Texas, revela que estos biológicos podrían mejorar drásticamente la eficacia de la inmunoterapia en pacientes con cáncer, incluso si la vacuna no fue diseñada específicamente contra tumores.
El análisis de más de mil pacientes con cáncer de pulmón y melanoma en etapa avanzada mostró que aquellos que recibieron una vacuna mRNA contra el COVID-19 dentro de los 100 días de iniciar tratamiento con inhibidores de puntos de control inmunitario, duplicaron su tasa de supervivencia a tres años en comparación con quienes no fueron vacunados.
En pacientes con tumores “fríos” —que normalmente no responden bien a la inmunoterapia— los beneficios fueron aún mayores, con una mejora de hasta cinco veces en la supervivencia. Estos resultados se mantuvieron sólidos incluso al ajustar por gravedad del cáncer y otras condiciones de salud.
Cómo actúan las vacunas mRNA contra el cáncer
Los científicos observaron en modelos animales que las vacunas mRNA activan una “alarma inmunológica”, despertando al sistema inmune para reconocer y atacar células cancerosas. En combinación con inmunoterapia, las vacunas refuerzan la acción del tratamiento, evitando que el tumor “apague” las defensas del cuerpo.
“El ARN mensajero, aunque no esté dirigido al cáncer, puede despertar al gigante dormido que es el sistema inmunológico”, explica el oncólogo pediátrico Elias Sayour, líder del estudio.
Mientras que las vacunas oncológicas personalizadas requieren altos costos y largos procesos de fabricación, las vacunas mRNA contra el COVID-19 ya están ampliamente disponibles, no necesitan personalización y pueden administrarse fácilmente durante el tratamiento del paciente.
Esto abre la puerta a una opción terapéutica accesible que podría beneficiar a millones de personas que actualmente no responden a los tratamientos convencionales contra el cáncer.
Próximos pasos: ensayo clínico nacional en EE. UU.
Con estos prometedores resultados, los investigadores se preparan para iniciar un ensayo clínico en pacientes con cáncer de pulmón. Se dividirá a los pacientes en dos grupos: uno recibirá inmunoterapia sola, y el otro la combinará con la vacuna mRNA contra COVID-19.
El objetivo: evaluar si esta vacuna debe integrarse como parte estándar del tratamiento inmunoterapéutico. De confirmarse, sería un paso decisivo para ampliar los beneficios de la inmunoterapia a una mayor población oncológica.
