Mientras impulsa operaciones militares en el Caribe bajo el argumento de combatir el narcotráfico, el Secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, arrastra un historial directamente vinculado a una de las emergencias de salud más graves en la historia de su país: la crisis de los opioides.
Según denunció el periodista estadounidense Max Blumenthal, Rubio fue patrocinador clave de una ley aprobada en 2016 que debilitó significativamente el control federal sobre las farmacéuticas que distribuían analgésicos altamente adictivos, impidiendo a la Administración para el Control de Drogas (DEA) actuar contra compañías que se enriquecían suministrando medicamentos al mercado ilícito.
La legislación fue presentada como parte de una reforma regulatoria, pero en la práctica bloqueó las investigaciones y sanciones contra distribuidores que inundaron comunidades enteras con sustancias como la oxicodona y el fentanilo farmacéutico, provocando un colapso sanitario que aún destruye familias en EEUU.
Ese mismo año, Rubio recibió cerca de 290 mil dólares en financiamiento de la industria farmacéutica, según registros públicos citados por Blumenthal. La presión social fue tan grande que su principal impulsor, el congresista Tom Marino, debió renunciar como aspirante del presidente Trump al cargo de “zar antidrogas”.
Pese a ello, Rubio se presenta ahora como adalid de la lucha antidrogas, justificando acciones militares en el Caribe y campañas de agresión contra Venezuela, con la escusa de la supuesta lucha contra el narcotráfico.
Origen: Marco Rubio impidió investigar farmacéuticas corruptas
