Estados Unidos y Suiza alcanzaron un acuerdo comercial que reduce significativamente los aranceles aplicados a las exportaciones suizas, pasando del 39 % al 15 %. Como parte del pacto, empresas farmacéuticas helvéticas instalarán nuevas plantas de producción en territorio estadounidense.
El anuncio fue confirmado por representantes de ambos gobiernos tras una serie de negociaciones orientadas a aliviar la tensión comercial generada por los altos aranceles vigentes desde meses anteriores. Con la reducción, Suiza recuperará condiciones más favorables para sectores clave como maquinaria de precisión, relojería, alimentos procesados y productos farmacéuticos, todos con una fuerte presencia en el mercado estadounidense.
Las autoridades suizas señalaron que el nuevo esquema arancelario permitirá “restablecer la competitividad exportadora”, mientras que funcionarios estadounidenses destacaron que la decisión forma parte de una estrategia más amplia para fortalecer cadenas de suministro críticas y atraer manufactura de alto valor.
Como parte del entendimiento bilateral, se acordó que compañías farmacéuticas suizas (consideradas líderes globales en innovación y biotecnología) construirán nuevas instalaciones en Estados Unidos. Estas plantas estarán enfocadas en investigación avanzada, producción de medicamentos especializados y desarrollo de tecnologías médicas de última generación.
Expertos en política comercial señalan que la combinación de rebaja arancelaria e inversión directa podría generar beneficios para ambos países. Para Suiza, representa la posibilidad de recuperar terreno en exportaciones que habían perdido dinamismo debido a los anteriores aranceles del 39 %. Para Estados Unidos, implica la llegada de capital, empleo especializado y la ampliación de su capacidad productiva en un sector estratégico como el farmacéutico.
Funcionarios estadounidenses consultados por la prensa destacaron que el acuerdo busca “reforzar la cooperación económica con uno de los socios más confiables de Europa”, al tiempo que se impulsa la competitividad interna mediante nuevas inversiones.
El entendimiento también abre la posibilidad de futuras colaboraciones en áreas como investigación científica, equipos médicos y manufactura avanzada, aunque los detalles operativos se darán a conocer en los próximos meses.
Con este acuerdo, Washington y Berna trazan una nueva etapa en su relación comercial. La rebaja arancelaria marca un alivio para la industria suiza, mientras que las nuevas fábricas prometen fortalecer las capacidades productivas de Estados Unidos. Ambas partes coinciden en que el pacto sienta bases para una cooperación más sólida y estable en sectores de alto impacto económico.
