La alianza que dominó el mercado de vacunas durante la pandemia atraviesa un punto de inflexión histórico. Pfizer, el gigante farmacéutico estadounidense, ha decidido desprenderse de más del 50% de su participación en BioNTech, marcando un distanciamiento significativo cinco años después de su exitosa colaboración con la vacuna COVID-19. Este movimiento estratégico plantea dudas fundamentales sobre el futuro de ambas compañías en un panorama farmacéutico transformado.
Pfizer está reorientando su enfoque hacia nuevas áreas terapéuticas con mayor potencial de crecimiento. El CEO Albert Bourla ha establecido el ambicioso objetivo de generar 20.000 millones de dólares adicionales en ingresos para 2030, una medida destinada a contrarrestar la próxima expiración de patentes de algunos de sus medicamentos más rentables. La reciente adquisición de Metsera por 10.000 millones de dólares confirma esta nueva dirección: abandonar progresivamente la tecnología mRNA para adentrarse en el lucrativo mercado de los tratamientos contra la obesidad.
Mientras tanto, BioNTech regresa a sus orígenes científicos. La compañía alemana está centrando todos sus esfuerzos en el desarrollo de terapias contra el cáncer utilizando su plataforma de tecnología mRNA. Esta transición desde fabricante de vacunas hacia desarrollador integral de inmunoterapias oncológicas fue presentada durante su R&D Day celebrado el 11 de noviembre de 2025 en Nueva York.
Operación financiera: detalles de la desinversión
El 13 de noviembre de 2025 se materializó una de las operaciones bursátiles más significativas del año en el sector farmacéutico. Pfizer oficializó la venta del 54,7% de su participación en BioNTech mediante una transacción bloque realizada overnight. Las acciones se transaron en un rango de precio entre 108 y 111,70 dólares, con un volumen potencial que alcanzó los 508 millones de dólares.
Tras esta maniobra, la posición residual de Pfizer se reduce a apenas 1,66 millones de American Depositary Shares, equivalentes a aproximadamente 163,5 millones de dólares. Aunque ambas empresas han asegurado que mantendrán su colaboración en vacunas COVID-19, la reducción simbólica de la participación evidencia un cambio radical en la relación estratégica que alguna vez generó 37.800 millones de dólares en ingresos anuales durante 2022 con la vacuna Comirnaty.
BioNTech acelera su ofensiva oncológica
El relanzamiento de BioNTech como compañía de inmunoterapia contra el cáncer cuenta con importantes respaldos financieros y científicos. Recientemente, la firma alemana cerró un acuerdo estratégico con Bristol Myers Squibb que podría alcanzar los 11.100 millones de dólares, centrado en el desarrollo del anticuerpo bispecífico BNT327. Este tratamiento, dirigido contra PD-L1 y VEGF-A para diversos tumores sólidos, ya se encuentra en fase 3 de estudios clínicos a nivel global.
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La cartera de investigación de BioNTech presenta una diversificada gama de modalidades terapéuticas que incluyen:
* Vacunas contra el cáncer basadas en mRNA
* Conjugados de anticuerpos y fármacos
* Terapias con células CAR-T
Aunque el tercer trimestre de 2025 cerró con una pérdida neta de 28,7 millones de euros, la situación financiera general de BioNTech se mantiene sólida. La empresa revisó sustancialmente al alza sus previsiones de ingresos para el ejercicio completo, situándolas entre 2.600 y 2.800 millones de euros, impulsada principalmente por el pago anticipado de 1.500 millones de dólares de Bristol Myers Squibb. Además, cuenta con reservas de efectivo por 16.700 millones de euros, proporcionando suficiente capacidad de inversión para su ambiciosa ofensiva oncológica.
Perspectivas de mercado y desafíos futuros
La cotización de BioNTech ha experimentado una presión significativa en los mercados, acumulando una caída superior al 21% desde principios de año. Los elevados gastos en investigación y desarrollo continúan ejerciendo presión sobre los márgenes operativos, aunque los analistas mantienen perspectivas optimistas con un precio objetivo promedio de 134 dólares, sugiriendo un considerable potencial alcista.
El verdadero desafío estratégico para BioNTech radica en demostrar su capacidad para reemplazar los ingresos multimillonarios generados durante la pandemia con fuentes de ingresos sostenibles provenientes de medicamentos oncológicos. La próxima prueba de fuego llegará el 10 de marzo de 2026, cuando la compañía publique sus resultados financieros completos correspondientes al ejercicio 2025, ofreciendo la primera evaluación integral de su transformación estratégica.
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Origen: BioNTech: Pfizer reduce drásticamente su participación en la empresa alemana
