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El golpe suave y los medicamentos

Foto: Referencial

Por Rosina Romero.

Venezuela sigue siendo blanco de ataques mediáticos y conspiraciones de todo tipo. Desde antes del triunfo del Comandante Hugo Chávez, en diciembre de 1998, grandes consorcios de la comunicación nacionales e internacionales difundían campañas llenas de mentiras y manipulaciones para generar angustia y zozobra en la población venezolana.

La guerra económica a la que han sometido al pueblo venezolano desde hace más de dos años, ciertamente es un problema económico, político y hasta sociológico que afecta a todos por igual, sin distinción de raza, credo y género. Por razones de idiosincrasia, históricamente los venezolanos hemos sido receptores de violencia en todas sus expresiones al poseer, en algunos casos, un patrón de comportamiento que ha estado dirigido por las grandes élites comunicacionales y de consumo, las cuales día a día mantienen una campaña brutal para atentar contra la estabilidad emocional y psicológica de toda la población.

Estas mismas élites han querido venderle al pueblo la idea del desabastecimiento, derivado de sus acciones directas y concretas, tendentes a transformar la especulación, el contrabando de productos de primera necesidad y el acaparamiento de los mismos, en una sensación de que no hay suficiente para todo en el país.

Específicamente, en el área de la salud, se han dado a la tarea de transformar el tema de los medicamentos en el principal dolor de cabeza de los venezolanos, quienes afectados por no conseguir el fármaco, han tenido que recurrir a los contrabandistas y malgastar su salario, pagando hasta veinte veces el costo real del fármaco, desembocando esto en una total anarquía en la cual ellos miden cuidadosamente el termómetro de las relaciones entre el pueblo opresor, financiado por ellos, y el pueblo oprimido, enemigo de la especulación.

La industria y el negocio farmacéutico

Dado que la industria farmacéutica en el mundo es un gran negocio, las grandes transnacionales patentan medicamentos para lucrarse de ellos; esta dinámica les da el derecho exclusivo de producir, comercializar y obtener grandes ganancias de los medicamentos que investigan. Actualmente, las transnacionales farmacéuticas tienen un poder adquisitivo tan elevado, que les ha permitido ubicar sus intereses y beneficios económicos por encima de las responsabilidades sociales que una industria de este tipo tiene a nivel mundial.

La desaparición del algunos medicamentos en Venezuela, forma parte vital de esta guerra económica en contra del pueblo venezolano y del Gobierno Revolucionario. En el país, por ejemplo, se encuentra Pfizer, laboratorio que tiene más de 60 años y, aún cuando el Gobierno Nacional le has garantizado el suministro de divisas para la adquisición de materia prima, todo indica que éste, se ha prestado para el juego sucio de la oligarquía venezolana contra el pueblo.

Es importante recordar que durante el año 2014, en reiteradas oportunidades, el ex presidente de la Federación Farmacéutica de Venezuela, Edgar Salas, aseguraba que el “desabastecimiento de medicamentos” rondaba entre un 40 a un 60%. Él se atrevió a predecir que la crisis se agudizaría en diciembre de 2015 ubicando el mal llamado desabastecimiento de fármacos en un 85%.

También afirmó que la poca liquidación de divisas por parte del Gobierno Nacional había sido muy baja y que las industria farmacéuticas nacional y transnacional no habían podido pagar las deudas que tienen con los países que producen las materias primas o la industria farmacoquímica internacional.

El pasado año dijo: “Caracas puede desplomarse aún más porque la gente del interior se desplaza a la ciudad a buscar los medicamentos”.

El lúgubre personaje, por otra parte, señaló que “los venezolanos han tenido que buscar otros medios para conseguir las medicinas, las piden en el exterior a través de familiares o amigos”, pero con la crisis económica, hasta qué punto puede aguantar el bolsillo del venezolano esto, para solicitar un dólar libre para traer unos medicamentos que se necesitan.

Con ello, pretende hacer ver que el tema de la salud, es un tema individual, en consonancia con la sensación de “sálvese quien pueda”, que la oposición quiere generar en la población, y minimizar la importancia y validez de la política integral en materia de salud que el Gobierno Socialista ha implementado durante todos estos años.

Salas también aseveró: “El primer trimestre del 2015 viene sin medicamentos, sin la posibilidad de producirlos en Venezuela y cerrada la traída de medicinas porque no le van a seguir fiando a la industria farmacéutica venezolana”, manifestó también de manera errónea, que la industria transnacional que producía en el país, la industria farmacoquímica y farmacéutica, se han marchado desde 1999, alegando inseguridad jurídica para invertir en el país.

Esta afirmación, a todas luces, queda desvirtuada por la abrumadora realidad del aumento de las inversiones en materia de salud de muchos laboratorios internacionales. Esto es una muestra más de la macabra guerra psicológica tendente a hacer ver que el país y sus principales ciudades se desploman, producto no del concierto privado para destruir la economía venezolana, sino a causa de las acciones del Gobierno.

Sin embargo, y a pesar de los insistentes llamados del entonces presidente de la Federación Farmacéutica de Venezuela, y de otros personeros de la oposición, quienes siguen jugando al caos de la población, el pueblo ha colocado las cosas en su justa dimensión, reconociendo e identificando la guerra económica como uno de los instrumentos más poderosos del golpe suave, en contra del Gobierno Venezolano. Declarar una emergencia en el tema de medicamentos sería hacerle el juego a los enemigos de la patria y de su pueblo.

Foto: Referencial

Monopolio y escasez: ¿Quiénes son los responsables?

En un recorrido realizado por algunas farmacias de la capital se observó un conglomerado de personas quienes aglutinadas en las afueras de dichas sedes, esperaban ser atendidas. Ante la pregunta formulada: ¿Qué medicamento va a comprar? Respondió: En mí caso, son infinitas las farmacias que he tenido que sortear, para conseguir mi pastilla para la tensión Euthyrox, expresó Domingo Sierra. ¿Quién es el responsable de la escasez de medicamentos? “Yo considero que el Gobierno, porque tiene que haber más controles, no es justo que tengamos que hacer  horas y horas de colas para comprar algo que antes conseguíamos con facilidad”.

Entre la bulla, los carros, la gente y el desespero de quienes se encontraban en la cola para comprar cualquier medicamento, porque ahora es así: han querido implementar eso de “la normalidad” al ver un tumulto de personas hacer cola aunque éstas no sepan qué van a vender. De repente escuché la voz de una mujer de edad que decía: “He vivido situaciones peores. Recuerdo que en la época de los 80 y 90 en mi país había de todo, pero no teníamos lo más importante: dinero para comprarlo. Estoy aquí porque voy a comprar mi medicamento para la osteoporosis”, dijo la mujer quien respondió llamarse: Carmen Úcros. ¿De quien cree usted que la culpa? Para mí los responsables son los empresarios, ellos se han encargado de crear todo este desastre que hoy día tenemos. Pero lo importante es que a pesar de eso nos cuesta conseguir una pastilla, un jarabe pero lo conseguimos y a buen precio.

“Esto es culpa de este gobierno, no es justo lo que estamos viviendo, cola para todo, ni siquiera pastillas anticonceptivas consigo, o sea tampoco puedo txxxx con tranquilidad porque mi pareja ni condones consigue”, así con esa claridad lo exclamó Daniela Chacón.

¿Ha tenido que recurrir a otros métodos de compra como internet, solicitarlo a familiares o amigos en el exterior para adquirir medicamentos? Fue la pregunta formulada a otra persona que se encontraba en la cola.

La verdad no. He hecho colas pequeñas para comprar las pastillas anticonceptivas de mi esposa, pero las he conseguido aquí en Caracas. Dijo Deivid Córdova.

Por supuesto, no faltó quien vociferara la escueta frase: “No tenemos medicamentos, pero tenemos patria”, personas que con comentarios provocadores irritan a quienes se encuentran en la cola.

Sin duda, estas acciones logran una reacción negativa, provocando un enfrentamiento que en muchas ocasiones han terminado en golpes, insultos y ofensas.

Por otra parte, también es triste ver cómo los empresarios y dueños de comercios han eliminado la atención preferencial y las mujeres en estado de gravidez, con bebés en los brazo,s e incluso, personas de la tercera edad no tienen una prioridad. Esta acción forma parte del juego macabro de la oposición.

La convivencia es un tema que salpica a todos los venezolanos. Ante cualquier situación, no se debe permitir la anarquía. Es necesario continuar con la campaña acertada de crear conciencia en el pueblo, en relación con la existencia en la realidad de una guerra económica, a la cual el Gobierno Nacional ha hecho frente y que paulatinamente, ha ido disminuyendo el tema de las colas, estableciendo controles como la implementación del captahuellas.

Convivir en paz, respetar el espacio de cada persona, comprender y tener claridad de las situaciones políticas, permitirá seguir construyendo una sociedad en la que los valores del respeto y la solidaridad prevalezcan por encima de cualquier cosa.

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