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Argentina: Especialistas toman con prudencia el lanzamiento de un nuevo medicamento contra el colesterol

Mirada Profesional.- El lanzamiento de Praluent repercutió en el país, donde especialistas analizan su impacto en el control de LDL o colesterol mal. Si bien los resultados son alentadores, peo su uso no está exento de efectos secundarios. Se estima que tardará dos años en llegar al país el flamante fármaco.

El lanzamiento de Praluent, el primero de los medicamentos biotécnicos que utilizan un nuevo enfoque para reducir el colesterol negativo o LDL, generó una fuerte repercusión en el mundo. Muchos especialistas se entusiasman con el impacto que tendrá en el control de este mal, que afecta sólo en Estados Unidos a un tercio de la población. Aunque su valor elevado puede ser un problema, el debate ya se instala en la Argentina. si bien la mayoría cree que este es el futuro en el tratamiento de la patología, son cautos sobre su aplicación. Se cree que en dos años las autoridades sanitarias aprobarán el fármaco para el mercado interno.

Se estima que en la Argentina 3 de cada 10 personas tiene el LDL elevado. De acuerdo a la última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo, de 2013, el 29,8 por ciento de la población mayor de 18 años tiene el colesterol malo alto. Por eso, el anuncio de este nuevo medicamento, generó expectativa. La droga estuvo en manos del laboratorio francés Sanofi y el estadounidense Regeneron y se venderá en una lapicera de dosis única o en una jeringa para que el paciente se la coloque cada dos semanas.

“Hay personas que, de nacimiento tienen muy pocos receptores en el hígado para reducir el colesterol malo. Como las estatinas se usan para que esos receptores que bajan el colesterol LDL funcionen mejor, en ellos ese tratamiento no es efectivo. En este grupo, la nueva droga mostró una reducción del LDL notable, de hasta un 60 por ciento”, explicó al diario Clarín Ricardo Rey, jefe del Servicio de Prevención Cardiovascular del Instituto Cardiovascular de Buenos Aires. (ICBA). “En el otro grupo están los pacientes con colesterol elevado que ya han tenido problemas cardíacos (infarto, by pass coronario, angioplastía) que usando estatinas no llegan al nivel óptimo de LDL”, añadió.

“La investigación se centró en quienes no toleran las altas dosis de estatinas o directamente ninguna dosis. En esa población no había mucho que pudiéramos hacer para lograr el objetivo de reducir el colesterol y evitar los riesgos”, contó Ricardo Iglesias, ex presidente de la Sociedad Argentina de Cardiología.

Pese al impacto de la noticia, otros especialistas piden prudencia. “Estas sustancias no están libres de efectos adversos y un 20 a un 30 por ciento de los pacientes no las pueden tomar, porque producen dolores musculares o alteraciones digestivas. Para estos pacientes intolerantes a las estatinas fueron creadas nuevas drogas, como el de reciente aprobación: Alirocumab”, especifica José Francisco De Rosa (MP1150), médico especialista en cardiología. El especialista destaca que otras dos ya han sido aprobadas en los últimos años. Se refiere a Mipomersen y Lomitapide.

“Son drogas potentes que pueden hacer descender el colesterol, hasta un 60 por ciento. Actúan de diferentes maneras y no están libres de efectos secundarios. Por ello su aprobación estuvo y está destinada a pacientes con muy altos niveles de colesterol en general de origen genético”, finaliza en el diario La Gaceta de Tucumán.

Por su parte, Emilio Nader, jefe del Servicio de Endocrinología y Diabetes del Centro de Salud, explicó que en su especialidad recibe a pacientes diabéticos que vienen asociados con problemas de colesterol y que habitualmente se utilizan estatinas para el tratamiento de la hipercolesterolemia, pero que aproximadamente un 10 a un 30 por ciento de los pacientes no responde a esos tratamientos. Al igual que el doctor De Rosa, el endocrinólogo resaltó que son drogas que ayudarán a muchos pacientes con elevados niveles de colesterol, pero cuya indicación es para casos específicos.

Mientras que en Estados Unidos y Europa se comercializará pronto, la droga llegará a la Argentina en uno o dos años porque es lo que puede demorar su aprobación en la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), lo que implica que muchos pacientes de riesgo en el país podrían fallecer por ataques cerebrovasculares e infartos por no tener acceso a la nueva droga que reduce en un 60 por ciento los niveles altos de LDL.

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