Salvia: propiedades de una planta medicinal simplemente “poderosa”
Josefina Padilla/Tener en casa una pequeña huerta de plantas medicinales (o cultivarlas en macetas si tiene poco espacio), conocer sus propiedades y aplicarlas para nosotros mismos, es como tener un tesoro en la familia.
En la actualidad, las hierbas medicinales son una ayuda inestimable en cuanto a mantener el buen funcionamiento del cuerpo y la buena salud. Por supuesto, esto no significa no ir al médico cuando una persona se siente enferma (para tener un diagnóstico certero, lo mejor es visitar a un profesional de la salud). Sin embargo, cabe aclarar que la mayor parte de dichas hierbas no tienen efectos adversos para la salud ni contraindicaciones; al contrario, los beneficios son muchos.
Lo que se descubre con respecto a las plantas medicinales es que todas tienen muchas propiedades, nos alivian y a menudo nos sorprenden.
En esta ocasión, la planta medicinal elegida es la salvia. Su nombre en latín se deriva de “salvare”, que significa “salvar”; desde ya esta traducción nos anticipa sus numerosas cualidades. Desde este punto de vista, la salvia sobresale ¡pues posee tantas propiedades que resulta asombrosa!
La salvia es una planta de origen mediterráneo muy apreciada debido a sus propiedades para tratamientos medicinales así como para fines culinarios, cosméticos y también en aromaterapia.
Asimismo encontramos salvia en muchos otros lugares, en América se encuentra en la zona de Baja California, California del Sur, como también en las fronteras occidentales de Sonora y la zona del desierto.
La salvia blanca es otra especie, originaria de la zona central de Chile. Posee largas ramas aromatizadas y sus hojas son de forma ovalada alargada, de color ceniza por un lado y verde por el otro.
También tenemos que mencionar la salvia roja, originaria de Brasil. Esta salvia, debido a su belleza como flor de jardín, ya no se la considera silvestre. Tiene un tallo angular, sus hojas son ovaladas y sus flores, agrupadas en una espiga vertical, son de color morado o rojo.
Beneficios medicinales
Las propiedades curativas de la salvia se pueden aprovechar de innumerables maneras.
En primer lugar, la salvia tiene propiedades antiinflamatorias, por eso se la recomienda en casos de enfermedades como el reumatismo, la artritis o para aliviar dolores musculares, por lo que algunos deportistas recurren a esta planta cuando sienten sus músculos doloridos.
Las mujeres que sufren de trastornos menstruales y de fuertes dolores durante ese período, pueden aliviarse con una infusión de salvia, pues calma los dolores de cabeza y vientre, previene la retención de líquidos y alivia la irritación.
Otra de sus propiedades curativas está relacionada con la digestión. Especialmente indicada para las digestiones difíciles, gastritis, para reducir las flatulencias, la diarrea y vómitos. Además, una infusión de salvia actúa disminuyendo la acidez estomacal y las hinchazones abdominales.
Otras de sus bondades, es que disminuye los niveles de azúcar en la sangre. Por estas características, se recomienda la salvia en los tratamientos para combatir la diabetes.
Entre otras de sus numerosas propiedades, combate bacterias, virus y fortalece el sistema inmunológico.
A nivel de la piel, es usada para curar y cicatrizar heridas y úlceras. Es decir, tiene propiedades antisépticas. Además, mediante simples gárgaras, es excelente para el tratamiento de anginas, enfermedad de la faringe, gingivitis y cualquier inflamación del tipo bucofaríngea.
Infusión y aceite de salvia
La infusión básica de la salvia se realiza dejando reposar en 1 taza de agua hirviendo 3 cucharaditas de hojas por un período de diez minutos. Se puede beber tres veces al día. Es utilizada para disminuir la sudoración nocturna durante la menopausia. Esta preparación también puede ser usada para detener la producción de leche al final de la lactancia.
Alteraciones menstruales: mediante estudios se ha demostrado que la salvia ayuda a controlar alteraciones menstruales debido a la actividad estrogénica que posee su aceite esencial.
Para el lumbago: Ponga a hervir 1 litro de agua, agregue un puñado de raíces de romasa, un manojo de salvia y deje en el fuego algunos minutos. Beber tres litros de este líquido durante el día, para alejar los dolores causados por esta enfermedad.
Otros usos: tiene cierta capacidad diurética, por lo que es recomendada para el tratamiento de la retención urinaria y la cistitis.
Un consejo: utilizar como cataplasmas sobre quemaduras, heridas, llagas, úlceras y otros edemas, ya que posee cualidades antisépticas y astringentes. También en lavados vaginales para tratar enfermedades como la leucorrea.
Si desea un sueño tranquilo y evitar el insomnio es recomendable beber un té antes de acostarse a dormir, para eso se debe agregar a 1 taza de agua hirviendo ½ cucharadita de flores de manzanilla y ½ de salvia. Reposar por 7 minutos y beber tibio.
Las hojas frescas de salvia también pueden ser utilizadas para aliviar la comezón y el dolor ocasionado por la picadura de mosquitos y otros insectos, solo hay que colocarlas sobre la zona afectada.
Resumiendo, presta grandes beneficios a nivel digestivo, dermatológico, ginecológico, endocrino, urinario y para el sistema nervioso. Se utilizan las hojas en infusión a razón de 4 gramos por taza y las flores maceradas en vino, haciendo hervir las hojas por varios minutos o usando su aceite esencial.
Lo que no debes hacer
La salvia está contraindicada para personas en lactancia, insuficiencia renal o inestabilidad neurovegetativa, debido a que su alto contenido en thuyona (un aceite esencial relacionado químicamente con el alcanfor), la hace neurotóxica. Además, en dosis altas puede ocasionar convulsiones. Asimismo, posee cierta capacidad abortiva, por eso no es recomendada para mujeres durante el embarazo.
¿Para qué se utiliza la salvia blanca?
El té de salvia blanca es conveniente en el tratamiento de enfermedades y molestias como transpirar en exceso, mal aliento, la menopausia y problemas menstruales, trastornos de la piel, digestión pesada y dolor en las encías.
Esta infusión se prepara mezclando una taza de agua con una pequeña porción de hojas secas de salvia o 2 cucharaditas de hojas frescas de salvia y se mantiene a fuego bajo durante diez minutos.