La reacción de los fármacos en la flora intestinal que frenan el Alzheimer
La manera en cómo el intestino influye sobre la salud cerebral constituye un nuevo territorio que los expertos tienen en mente explorar ya que cobra gran interés en su desarrollo.
La enfermedad de Alzheimer es una dolencia neurodegenerativa que es causada por la destrucción de las neuronas cerebrales, que se produce fundamentalmente además por los ovillos neurofibrilares formados por la proteína tau, por la acumulación en el cerebro de placas de beta-amiloide, altamente tóxicas para las neuronas.
Un ejemplo de ello es que durante años se han llevado a cabo numerosos estudios para encontrar un fármaco capaz de destruir estas placas de beta-amiloide. Ahora y según muestra un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Chicago (EE.UU.), el tratamiento a largo plazo con antibióticos de amplio espectro conlleva una disminución del número de placas de beta-amiloide presentes en el cerebro.
Se muestra que el tratamiento con antibióticos reduce el nivel de las placas y aumenta la actividad inflamatoria de las células del sistema inmune del cerebro (las microglía). Unos cambios que, más que por una acción directa de los fármacos, se producen por la alteración en la composición de la flora intestinal consecuente con la antibioterapia, lo que sugiere que las bacterias intestinales juegan un papel muy importante en la regulación de la actividad del sistema inmune que acaba impactando en la progresión del Alzheimer.
“La manera en cómo el intestino influye sobre la salud cerebral constituye un nuevo territorio que estamos empezando a explorar. Se trata de un área en la que las personas que trabajan en enfermedades neurodegenerativas van a estar cada vez más interesadas, pues podría tener una influencia en el desarrollo de los tratamientos”, explicó la experta Sangram Sisodia.
A través de diferentes pruebas comprobaron que los antibióticos modifican la composición de la flora bacteriana, lo que a su vez da lugar a una ralentización de la progresión del Alzheimer. Y tal y como explican los autores “los mecanismos que explican estos cambios permanecen desconocidos, pero el estudio destaca el potencial de la investigación futura sobre la influencia de la flora intestinal sobre el cerebro y el sistema nervioso”.
“En ningún caso proponemos que la antibioterapia a largo plazo se constituya como un tratamiento. Sería completamente absurdo por un gran número de razones. Pero lo que hace nuestro estudio es permitirnos explorar nuevos caminos. Probablemente no contemos con una cura para el alzhéimer durante varias generaciones, pues ya sabemos que se producen cambios en el cerebro y el sistema nervioso central hasta 15-20 años antes de la aparición de la enfermedad”, concluyó.
Origen: La reacción de los fármacos en la flora intestinal que frenan el Alzheimer