La Organización Mundial de la Salud (OMS) “no permite” investigar sobre los efectos de las plantas medicinales en los seres humanos “sólo están permitidos ensayos clínicos con plantas en ratones”, según afirma el horticultor, Josep Pàmies. Los citados ensayos clínicos -aclara- “son las únicas evidencias científicas”. “Sin embargo” – matiza- “productos de quimioterapia o para diabetes que en ratones han dado una efectividad de un 50% o de un 20% son probados en humanos porque son productos farmacológicos patentados pero cuando hay plantas que son efectivas al 98% o al 100% en su integridad no pueden ser experimentadas clínicamente en humanos porque lo prohíbe la ley”.

Sobre la posibilidad de sustituir la quimioterapia por plantas medicinales Pàmies sostiene que hay personas que se “han negado a seguir este tratamiento para curar su enfermedad con plantas, dieta y el control de sus emociones obteniendo buenos resultados para su recuperación”. “La quimioterapia”- indica Pàmies, “es efectiva pero no es la solución porque de ser así no habría más de cien mil  fallecimientos por cáncer al año en España y ocho millones de muertes por esta misma causa en todo el mundo”.

Pàmies aclara que “si la quimioterapia alargara la vida más de cinco años se publicitaria por todas partes; en cambio los estudios demuestran que solo un 2’5% de los pacientes que la reciben lo logran”. No obstante, el horticultor estima que es “compatible” seguir estos tratamientos combinados “con plantas porque al tomar plantas y hacer dieta los efectos secundarios son mínimos y los efectos de la quimioterapia se potencian por la propia planta”. En este sentido, apunta que muchos oncólogos recomiendan a sus pacientes “seguir la quimioterapia con las plantas porque se percatan de los beneficios que son impensables sin ellas”.

Plantas prohibidas

Pàmies recalca con ironía que “solo hay plantas prohibidas para el ser humano mientras que los animales pueden alimentarse de cualquier planta aunque esté prohibida”. Subraya que se sabe que “las plantas más prohibidas son las más medicinales porque si las conocemos son un medicamento gratis y, lógicamente, esto perjudica los intereses de la industria farmacéutica”. Según el horticultor, las plantas prohibidas son, por ejemplo, la Stevia que se puede cultivar pero “no se puede vender; en cambio el tabaco que mata es legal mientras esta planta que cura diabetes, hipertensión y colesterol es ilegal”; lo mismo ocurre -apunta Pàmies– con “la marihuana y, en cambio, los antidepresivos son legales y hay miles de muertos a causa de estos medicamentos”.

En esta línea, Pàmies a señala que los principios activos de la marihuana son beneficiosos para “el cáncer de cerebro, de páncreas, de pulmón e, incluso, para epilepsias o el párkinson”. Alude, asimismo, al kalanchoe “que se usa en el tratamiento de tumores”. “Estamos hablando”- concluye- “de #Enfermedades o muy generales o muy graves; las muy generales suponen millones de consumidores para las farmacéuticas y, del mismo modo, las muy graves son rentables porque cada tratamiento tiene un coste muy elevado”.