Los conejos ya no tendrán que morir probando lubricantes vaginales
El placer está manchado de muerte. Desde 2015, para fabricar lubricantes sexuales, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) obligaba a probarlos en animales, lo que les está causando la muerte a conejos, conejillos de indias o ratones.
La práctica es controvertida porque no es una exigencia en otros países y porque se puede sustituir por pruebas en tejidos humanos cultivados. Sin embargo, algo está cambiado. Se puede celebrar que hoy la empresa fabricante Good Clean Love, tras años enfrentándose a esta norma estadounidense, es la primera que ha logrado que se apruebe un lubricante sin experimentos en animales.
“La idea de que mataría a cinco conejillos de indias para probar lo que hago es lo más insano del mundo”, expresó Wendy Strgar, CEO y fundadora de la empresa. “Eso me pone enferma e hice todo lo posible para no participar en ese sistema”.
Normalmente, para que se apruebe un lubricante antes se le debe inyectar a los conejos en la vagina. A los conejillos de indias, debajo de la piel, y a los ratones, debajo de su vientre. Después les quitan la vida y se diseccionan para que las empresas fabricantes comprueben si hay signos de irritación vaginal.
Hace dos años, esta empresaria se asoció con el grupo por el trato ético de los animales ( PETA) para presionar a la FDA y que los experimentos se realizaran en células humanas. La FDA lo ha aceptado, aunque sigue exigiendo antes de la aprobación una prueba animal.
“Solo con lograr mover la pelota una centímetro, un cuarto de centímetro, entonces usted tiene que sentirse bien que al menos está contribuyendo al progreso”, manifestó Strgar.
Ahora solo se requieren dos cosas: que el resto de compañías también se sumen a sacar a los conejos y conejillos de indias de sus laboratorios y que se siga presionando hasta que la prueba con ratones deje de ser obligatoria para nuestra satisfacción sexual.
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