Cuatro de cada 10 colombianos se automedican: Sociedades Científicas

También se reveló que la autoprescripción médica es un hábito muy frecuente en los colombianos. Caracol La automedicación y auto prescripción médica es un hábito muy frecuente en los colombianos que puede llegar a generar graves complicaciones de salud, e incluso la muerte. Los pacientes acuden a los medicamentos a través de tres modalidades: la primera es con formula médica. La segunda es sin formula médica pero buscando un medicamento que si la requiere (autoprescripción), y la tercera es buscando medicamentos de venta libre bajo convicción propia (automedicación). Las dos últimas modalidades son las más comunes en las ventas que realizan las farmacias a pacientes con síntomas que ellos creen son pasajeros pero que en realidad pueden ser trascendentales. “Es un fenómeno muy frecuente en la población colombiana, condicionado por varios factores, el principal son las fallas en el sistema de salud obliga a la gente de hechas mano de lo que tenga en cualquier condición para solucionar sus problemas de salud”, dijo el doctor Carlos Francisco Fernández, Presidente de la Asociación Colombiana de Sociedades Científicas. Las causas pueden ser diversas, todas, atribuidas a factores como: la publicidad, consultas en Internet, voz a voz, las enfermedades inventadas y la dificultad de acceso a medicamentos en el sistema de salud. Fernández aseguró que el comercio y la publicidad representan un peligro al mostrar que es “fácil automedicarse” cuando todo tipo de medicamento tiene una reacción en el organismo. “Los medicamentos son herramientas terapéuticas y todas (sin excepción) tienen efectos mayores o menores”, señaló Fernández. “4 de cada 10 personas en Colombia se automedican o auto prescriben y en algunos casos, o por lo menos en enfermedades que tienen que ver de manera sintomática o de menor impacto, esto llega a ser el 90% como gripas, dolores o síntomas menores”, dijo Fernández. Las consecuencias más frecuentes de esta modalidad son la toxicidad, las inadecuadas reacciones de la mezcla de medicamentos, falta de efectividad de los medicamentos, dependencia o adicciones, el enmascaramiento de enfermedades mucho más severas y la resistencia a los antibióticos. “Se puede enmascarar enfermedades muy delicadas y poner la vida en riesgo por decir que ‘yo puedo manejarlo en mi casa y me automedico sin problema’”, dijo Constanza Moreno, asesora químico farmacéutica de Locatel en Colombia. Todas estas consecuencias, pueden desencadenar enfermedades más delicadas, e incluso, la muerte. “Esto se debe no directamente por el medicamento, sino por la relación que hay entre el medicamento y la persona”, subrayó Fernández. “Un analgésico que la gente toma por ejemplo para controlar el dolor puede generar reacciones muy severas en algunos individuos. Por ejemplo, medicamentos para la fiebre pueden llevar a una falla hepática o en el caso de los antibióticos que se aplican sin prescripción médica, puede haber reacciones alérgicas que pueden ser mortales”, dijo Fernández. Según la Organización Mundial de Salud (OMS) el 50% de los medicamentos que se venden, prescriben, dispensan o consumen, se hace de manera inadecuada y en los países en desarrollo, la proporción de pacientes tratados de conformidad con directrices clínicas es inferior al 40% en el sector público y del 30% en el sector privado. La responsabilidad es compartida entre los pacientes, las farmacias y el Estado de vigilar el consumo y el acceso a medicamentos que pueden desencadenar consecuencias médicas serias. “La responsabilidad no es solamente de la persona que se toma el medicamento, es de un Estado que necesita ponerle control a la distribución de los medicamentos y a la entrega oportuna de estos. También a la dinámica comercial que pone a la venta y en difusiones masivas medicamentos como curas mágicas a problemas muy serios”, señaló Fernández. Algunas droguerías y farmacias en el país han optado por ofrecer una asesoría médica y farmacológica para evitar riesgos en los pacientes. Es el caso de Locatel que ofrece una Atención Farmacéutica dirigido a los pacientes para asesorarles sobre el uso de sus medicamentos y ayudar a que su terapia sea necesaria, apoyando la labor del médico en el seguimiento y control de sus pacientes. “Trabajamos por la profesionalización de las droguerías, pensando en una migración que vaya más allá de tener un establecimiento comercial porque en realidad las droguerías y farmacias trabajan con la salud de los pacientes”, dijo Moreno.