Concluye sin consenso el debate en la OMC sobre la propuesta para vacunas COVID sin patentes, que se tratará en futuras reuniones
La falta de consenso vuelve a marcar la reunión oficial de los países miembros de la Organización Mundial del Comercio (OMC) sobre la propuesta presentada en octubre por India y Sudáfrica, y respaldada por decenas de países del Sur, para aplicar una exención sobre ciertas medidas de propiedad intelectual en vacunas contra la COVID-19, así como medicamentos y pruebas, mientras dure la pandemia, según informan fuentes diplomáticas de Ginebra.
Los países miembros han acordado mantener este tema en el orden del día de las futuras reuniones del Consejo de los ADPIC (marco normativo internacional del sistema de propiedad intelectual) y en la próxima reunión del Consejo General, que se celebrará los días 16 y 17 de diciembre, se presentará un informe sobre la necesidad de seguir examinando esta cuestión, de acuerdo con estas mismas fuentes.
La propuesta, copatrocinada por las delegaciones de Kenya, Eswatini, Pakistán, Mozambique y Bolivia, se pide una exención temporal a determinadas medidas, entre ellas la posibilidad de no otorgar ni hacer cumplir patentes, para evitar obstáculos al acceso a productos médicos asequibles. Duraría un número específico de años y hasta que la vacunación generalizada esté en marcha en todo el mundo y la mayoría de la población mundial sea inmune. ONG como Médicos Sin Fronteras y Amnistía Internacional han pedido en los últimos días a los Gobiernos de los países ricos que respaldaran la iniciativa, que consideran clave para facilitar un acceso equitativo a las vacunas en plena pandemia.
Aunque se ha acordado mantener abierto el debate en futuras reuniones, los países miembros (40 delegaciones han participado en el debate) no han mostrado cambio en sus posiciones (muy distanciadas hasta ahora) o señales sobre un probable consenso en el futuro. India y Sudáfrica han insistido en que muchos países –especialmente las naciones pobres– pueden tener dificultades al usar las flexibilidades ya permitidas a la hora de aplicar normativas de propiedad intelectual, un proceso que consideran engorroso. Varios países ricos y en desarrollo han reiterado su oposición a la propuesta, señalando que no hay indicios de que los derechos de propiedad intelectual hayan constituido un verdadero obstáculo para acceder a los medicamentos y tecnologías relacionados con la COVID-19.
What’s wrong with this map?
Wealthy countries are blocking a proposal that would allow more countries to manufacture & access #COVID19 medical tools.
Negotiations for #NoCovidMonopolies are in less than 24 hours! Help us change the story ? https://t.co/5W5IjaO4ix pic.twitter.com/w75yfhYC3j
— MSF Access Campaign (@MSF_access) 9 de diciembre de 2020
La Unión Europea, de acuerdo con estas mismas fuentes, ha defendido que el sistema de propiedad intelectual actual es parte de la solución al desafío del acceso universal y equitativo a las vacunas y tratamientos de COVID-19. En su opinión, esto se ha reflejado en el desarrollo de las vacunas y la colaboración sin precedentes entre varios actores. El delegado europeo también ha dicho que muchas empresas farmacéuticas se habían comprometido públicamente y ya están colaborando estrechamente con los gobiernos para garantizar que las vacunas estuvieran disponibles y fueran asequibles para todos los que las necesitaran, algo que ha sido rebatido en los últimos días por las ONG, que dicen que esta no es una posición general, sino de algunas compañías.
Por su parte, Sudáfrica ha cuestionado la afirmación de que el sistema de propiedad intelectual es responsable de la llegada de vacunas en un tiempo récord. El delegado sudafricano dijo que debía reconocerse el mérito de los heroicos esfuerzos de la gente común, los investigadores, los científicos y el apoyo y la financiación de Gobiernos, no de las empresas.
Hasta ahora, los países de ingresos más altos ya han firmado acuerdos para hacerse con la gran mayoría de los posibles suministros de vacunas del mundo, por lo que se cree que la medida puede ayudar a ampliar el acceso de las personas en los países de ingresos más bajos. Varias ONG, entre ellas Oxfam y AI, han alertado de que 9 de cada 10 personas de casi 70 países pobres no podrán acceder a la vacuna contra la COVID en 2021.
Informa Icíar Gutiérrez.