La DEA vigila el tráfico de recetas en Puerto Rico (semisquare-x3)
La venta de medicamentos recetados en el mercado negro es uno de los problemas de narcotráfico que va en crecimiento en Puerto Rico, según el subdirector de la DEA. (Archivo / GFR Media)

El aumento en la cantidad de medicamentos legales que terminan en los puntos de drogas ha provocado un ajuste de las operaciones en Puerto Rico de la Agencia Antinarcóticos de Estados Unidos (DEA, por sus siglas inglés).

El subdirector de la DEA en la isla, Israel Alicea, indicó que continúan con sus estrategias para combatir el narcotráfico, pero reveló que durante el pasado año la agencia ha tenido que destinar más recursos para atender el incremento en la venta ilegal de medicamentos.

Asimismo, explicó que las medidas para atajar este tipo de delito incluyen la intervención con profesionales de la salud que cooperan con el desvío ilegal de estos narcóticos y el establecimiento de un sistema de monitoreo de recetas con la ayuda de las autoridades estatales.

“Nos hemos concentrado mucho en el desvío de medicamentos legítimos al bajo mundo, a los puntos de drogas. Estamos hablando de medicamentos como Percocet, OxyContin, Xanax y Tramadol, que se está vendiendo mucho”, sostuvo Alicea al El Nuevo Día. “Es el mayor incremento que hemos visto”.

“El narcotráfico ha continuado, pero a los niveles de siempre”, agregó Alicea, tras dirigir un operativo contra 27 acusados de narcotráfico en Ponce y Utuado. “Lo adicional que estamos llevando es la información de sustancias como estas y el Fentanyl, que es un opio sintético, de alto alcance, con una fuerza en términos de efectos, comparado con la morfina”.

Describió el medicamento como una sustancia “50 a 100 veces más fuerte que la morfina y de 30 a 50 veces más fuerte que la heroína”.

Alicea dijo que han identificado rutas de contrabando del Fentanyl, desde China y México, e incluso ocupado laboratorios en los que se fabrica en República Dominicana.

“Está creando una crisis en Estados Unidos por el abuso y las muertes que han causado”, comentó. “Al ser más fuerte que la heroína y la morfina, pues la gente que no está adaptada a este tipo de droga, le puede causar un paro respiratorio o la muerte”.

El Nuevo Día reportó en abril pasado que las autoridades federales tomarían medidas en la Isla para atender la adicción a medicamentos opioides.

Mientras, la semana pasada, el jefe de la DEA en la Isla, Matthew G. Donahue, firmó un acuerdo de colaboración con la Administración de Servicios de Salud Mental y Contra la Adicción (ASSMCA), Suzanne Roig Fuertes, para compartir información sobre drogas emergentes, sus modalidades, adiestramientos y estadísticas.

Pero la DEA no solamente está buscando una reducción en la adicción a opioides, sino que también quiere encontrar la forma de ampliar las investigaciones de índole criminal que los lleven a dar con los profesionales de la salud que colaboran con el contrabando de estos medicamentos.

Alicea recordó que este año han realizado varios arrestos en relación a estas pesquisas, incluyendo a varios implicados en una redada en la que se acusó a 412 personas a nivel de todas las jurisdicciones de Estados Unidos por facturar al Medicare servicios no prestados y hacer recetas ilegales. En Puerto Rico fueron imputadas 13 personas.

Por esta razón, la DEA colabora con los planes de establecer en Puerto Rico el sistema conocido como el Programa de Monitoreo de Recetas de Narcóticos (PDMP, por sus siglas en inglés).

“Estamos desarrollando el programa de documentación para lo que le dicen PDMP, que es el programa para poder trazar las sustancias controladas legales, que no existía en Puerto Rico”, indicó Alicea. “Nos va a dar una herramienta adicional a nosotros y al gobierno de Puerto Rico de poder seguir hacia dónde se están moviendo las sustancias controladas recetadas”, dijo Alicea.

“Este programa de monitoreo lo que nos dice es cuántas recetas un doctor ha dado a qué paciente. Y así, sucesivamente, van a estar entrelazadas las oficinas de ley y orden, ciertas oficinas de seguros médicos y de gobierno”, añadió.

Este tipo de programa ha sido eje de controversia en Estados Unidos, debido a que algunos sectores alegan que viola la privacidad de los pacientes.

Hasta el momento, el establecimiento de los sistemas de monitoreo ha estado sujeto a los gobiernos estatales.

Sin embargo, Alicea destacó que este sistema no solamente ayuda identificar los doctores o farmacias con manejos irregulares de medicamentos opioides, sino que además podrán ver qué personas busca recetas con más de un médico.

“Esto evita lo que se llama doctor shopping”, comentó Alicea. “Al estar en el sistema, buscas una receta con el doctor X. Al ir a otro doctor, chequean tu nombre en la computadora y ven que ya te han dado una receta”.

El subjefe de la DEA en Puerto Rico señaló que las farmacias también van a tener acceso. “Si vas a una farmacia y te dan una receta, luego vas a otra farmacia con otra receta, entonces dicen ‘espérate’. Esto debe evitar el desvío de sustancias”.

“El sistema de medicamentos (actual) es cerrado, lo que no se puede evitar, pero este programa de monitoreo sí puede evitar y controlar bastante cuando el doctor receta un medicamento a una persona que no tiene un propósito médico”, afirmó.