VIH/SIDA: ¿Te entran dudas y temor cuando muere un disidente que no toma medicación?
Es perfectamente lógico que sintamos la muerte de un compañero disidente y más cuanto más lo conocíamos, no voy a criticar eso, faltaría más, sólo mencionaré algunos aspectos que me preocupan de las reacciones que estos hechos suscitan.
Algunos hechos que debemos tener en cuenta:
– Que vamos a ver muertes de personas etiquetadas, porque las muertes en personas etiquetadas por los médicos como vih+, tomen o no tomen medicación, sean disidentes o no lo sean, son más frecuentes que entre personas no etiquetadas. Esto tiene sus razones, una de ellas, la principal (que nos hemos preocupado de explicar en esta página, siempre en base a ejemplos concretos), es que con las personas etiquetadas los errores médicos se multiplican, de hecho los errores y malas prácticas médicas (empezando por los diagnósticos y siguiendo por los tratamientos) son la principal causa de muerte en personas etiquetadas como vih+, independientemente de que tomen tratamiento o no lo tomen.
– En cuanto a las muertes de personas etiquetadas que no toman medicación, es preciso tener en cuenta que se tiende a darle más publicidad a estas muertes, publicidad que no se da a las muertes de personas que toman medicación, (estas suelen ser por acumulación de problemas crónicos, bien de hígado, de riñón, problemas cardiovasculares, etc., y en los últimos tiempos se ha sumado el cáncer), que suelen ser en mayor número.
Lo que pasa es que, al parecer, no es bueno (para el negocio de los arvs), hablar de las causas de las muertes de las personas que toman arvs, aunque estas vienen reflejadas en las estadísticas oficiales como la principal causa de mortalidad. Lo único cierto es que, entre las personas que toman arvs, mueren menos personas de problemas infecciosos, aunque mueran muchas más de problemas crónicos debidos a la medicación antirretroviral, cosa que sucede al cabo de años generalmente de consumirla. isma.
Tengo que deciros, como persona que lleva bastantes años implicada con las personas etiquetadas como vih+ desde el punto de vista disidente, que han sido muchas las personas (de hecho pierdo la cuenta ya de cuántas han sido) unas que eran muy conocidas personalmente por mí y otras no tanto, que he visto fallecer o que he sabido de su fallecimiento. Pero debo deciros, con toda sinceridad, que fuera del dolor que estos hechos te producen como ser humano, ese hecho nunca ha variado, ni disminuido, mi total convencimiento de que todo el asunto del VIH/SIDA es un completo fraude. Bien es cierto que, para llegar a donde he llegado, he contado con un volumen de información con el que no cuentan la inmensa mayoría de las personas:
– Para mí fue muy importante el hecho de tener conocimiento, allá por finales de 1993 (seis años después de haber sido yo etiquetado como vih+), de la existencia de voces científicas que discrepaban del actual modelo oficial, como Duesberg y otros, (por cierto, en un principio yo no me creía que habiendo voces críticas con la postura oficial no nos hubiéramos enterado antes, sólo después de leer y releer sus argumentos y reflexionar me fui convenciendo de que estas voces críticas eran más correctas desde el punto de vista médico y del sentido común).
– No fue menos importante el hecho de tener conocimientos médicos. El tener conocimiento de los argumentos disidentes, comparándolos con los conocimientos médicos básicos, fue fundamental para mí.
– No dejaré de citar una fuente de información, importantísima, que no está en los libros y es la información recabada a lo largo de estos 31 años a partir de lo que las personas afectadas por esta situación me habéis contado, bien en esta página, o en conversaciones, o en los miles de correos recibidos, muchos incluso con analíticas e informes médicos, un material del que se pueden extraer muchas conclusiones, conclusiones que he venido publicando en la página.
– Mi propia experiencia personal, como persona que un día fue etiquetada como vih+, confirma que los problemas de salud que tuve en más de 30 años obedecieron a circunstancias que son las habituales en estos casos y que a cualquiera le harían enfermar (en mi caso, como ya comenté en otras ocasiones, cosas como exceso de trabajo, estrés, falta de descanso, etc.).
Así que, por favor, no echéis en saco roto las recomendaciones que desde la página se os hacen, porque no provienen de un iluminado llamado Manuel Garrido, sino que proceden en su mayor parte de vosotros mismos, de las experiencias que vosotros y otros muchos como vosotros habéis compartido tanto aquí como en correos personales que vosotros enviásteis.