Vacuna de VPH: El que tenga ojos, que lea

ATMedios.- Un artículo científico llamado “La vacunación contra el virus del Papiloma Humano en Colombia” ocupó la Editorial de la Revista Gerencia y Políticas de Salud, en diciembre del 2014, de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá, escrito por tres reconocidos investigadores, la Dra. Luz Elena Sánchez-Gómez y colaboradores, debe llamarnos a la profunda reflexión a consecuencia del anuncio del Presidente de la República Nicolás Maduro de incorporar la vacuna contra el VPH en el esquema oficial de vacunación en Venezuela.
Los investigadores hacen uso de sólidas referencias que ponen en duda la eficacia de la vacuna para prevenir el cáncer, entre ellas: 1. El virus es necesario para la mutación de las células epiteliales del cérvix, pero no es causa suficiente; 2. La mayoría de infecciones por el VPH son transitorias, no llevan al cáncer de cérvix, debe estar presente una infección persistente con una cepa de alto riesgo. Se calcula que hasta el 90 % de las infecciones se resuelven solas en un periodo de dos a cinco años y que solo una proporción de aquellas que no se resuelven progresa a cáncer en los siguientes 20 a 40 años y 3. La mayoría de mujeres con infecciones persistentes con cepas de alto riesgo no desarrolla el cáncer.
En Colombia la vacuna fue lanzada en agosto del 2012 y extendida por ley al esquema único de vacunación en el año 2013, por tanto su eficacia en términos de prevención del cáncer cérvico-uterino no ha sido probada y no podrá serlo antes de al menos 20 años, afirman los autores.
En el artículo se propone la suspensión de la aplicación masiva de la vacuna debido al reporte de un número desproporcionado de efectos adversos posvacunales, en más de 200 niñas del municipio de El Carmen de Bolívar y un número no determinado en otras ciudades del país, e iniciar un estudio juicioso de todas las hipótesis plausibles de las causas.
También llaman la atención acerca de un universo de daños que van desde un número desproporcionado de las reacciones esperadas que anuncia la farmacéutica productora de la vacuna, pasando por los casos, en estudio, de un número no determinado de niñas, cuya situación inmunológica y neurológica se encuentra comprometida después de la aplicación de la vacuna contra el VPH.
Destacan que en Colombia la evidencia para la decisión de aplicar masivamente la vacuna no es robusta. Recuerdan que el modelamiento para el estudio de la relación costo-efectividad, necesario para la inclusión de la vacuna en el esquema oficial, depende del perfil de la población seleccionada, de la prevalencia específica del VPH, de la epidemiología del cáncer cérvico-uterino, la carga de la enfermedad y el precio del biotecnológico, entre otras.
Denuncian que la decisión fue tomada en supuestos basados en estadísticas globales que requieren verificación, ya que las tipologías y la epidemiología varían en los distintos países, grupos poblacionales y regiones, y Colombia cuenta con una deficiente información de base.
Finalmente indican que los reportes de la asociación de efectos adversos, fenómenos de vasculitis, posible desmielinización y diagnósticos de enfermedad autoinmune después de la vacunación ponen en duda la seguridad de la vacuna cuyos estudios poblacionales han sido financiados por la industria farmacéutica.
Artículo completo: 54533007021