Honduras: asesino del abogado de Vicepresidenta en ejercicio del Congreso sería esquizofrénico
TEGUCIGALPA, Honduras (AP) — La policía de Honduras dijo el jueves que un joven con supuestos problemas mentales es el responsable de asesinar al abogado de la vicepresidenta del Congreso, Lena Gutiérrez, enjuiciada por vender medicamentos en mal estado al sistema de seguridad social del país.
El vocero policial Leonel Sauceda dijo a The Associated Pres que Rigoberto Paredes, de 28 años, “confesó que mató al abogado Montes porque defendía a corruptos”.
Paredes trabajaba como diseñador gráfico en el mismo edificio en el que tenía su despacho la víctima, el abogado Eduardo Montes, de 44 años.
Según Sauceda, el joven “padece esquizofrenia y toma medicamentos controlados”, pero no presentó pruebas.
Montes fue atacado el miércoles cuando salió de su oficina situada en el piso 15 de un edificio de Tegucigalpa. Un hombre lo interceptó, discutió y forcejeó con él, lo persiguió y luego le asestó al menos 15 puñaladas. El agresor intentó huir del lugar y bajó rápidamente por las escaleras de emergencia, donde la seguridad del edificio lo apresó.
“Que nadie tenga ninguna duda, él se ha declarado confeso”, dijo Sauceda. “Lloraba al momento de ser interrogado producto de lo que había hecho y enojado con algunas acciones que consideraba injustas”, agregó.
Paredes declaró ante la prensa que Honduras está siendo destrozada por los implicados en el desfalco masivo en el sistema de seguridad social ,un caso de robo de fondos, cobro de comisiones, venta fraudulenta de medicamentos y financiación ilegal del partido en el gobierno en el que están implicados altos cargos del estado y que ha hecho perder más de 100 millones de dólares al sistema de salud de uno de los países más pobres del continente.
Eduardo Montes
“Tengo amigos que perdieron a su familia, tengo una amiga que perdió a su tío en el Seguro, tenía cáncer y no lo atendieron. Otra amiga que la mamá se le está muriendo y no tienen ni dinero para cuidarla, aquí nadie tiene nada”, agregó Paredes entre lágrimas.
El joven es hijo de dos reconocidos intelectuales y profesores universitarios y dueños de Café Paradiso en Tegucigalpa, centro de la vida intelectual de la capital y lugar de frecuentes conciertos, presentaciones de libros y lecturas de poesía.
Para su madre, Rigoberto es “un delicado pintor, pensador y un hombre bueno y bondadoso”. El joven, sin antecedentes penales, es un apasionado por el arte que ha estudiado en los mejores colegios y ha expuesto sus obras en el extranjero.
El abogado asesinado defendía a la Vicepresidenta en ejercicio del Congreso de Honduras, Lena Gutiérrez, del Partido Nacional, en el gobierno, y a su padre y dos de sus hermanos acusados de vender a través de su empresa familiar Astropharma medicamentos en mal estado y de forma fraudulenta al sistema de seguridad social del país.
Gutiérrez, que continúa en libertad tras pagar un fianza de casi un millón de dólares, al igual que su padre y hermanos, es diputada desde 2009. También era vicepresidenta del Congreso cuando el actual presidente Juan Orlando Hernández dirigía la cámara legislativa.
Una comisión legislativa divulgó en junio un informe en el que reveló, entre otras cosas, la compra de medicamentos sobrevalorados y defectuosos. Informó también que un grupo de empresarios creó empresas fachada para blanquear el dinero y efectuaron contribuciones al Partido Nacional manejadas por el actual vicepresidente, Ricardo Alvarez.
La causa
El joven, quien además era ilustrador gráfico y compartía el piso con su víctima, habría atacado con un cuchillo de cocina a Montes, a quien le habría recriminado por ser el defensor del la vicepresidenta -suspendida- del Congreso Nacional y su familia, acusados junto a otras 12 personas por la supuesta venta irregular de medicinas a la Secretaría de Salud.
Según relato de testigos, la discusión se origino luego que Rigoberto le reclamo a Montes el hecho de que representara a la familia Gutierrez, supuestamente ligados a la empresa Astropharma cuyos socios están acusados de suministrar medicamentos de baja calidad a la Secretaria de Salud.
Durante la discusión, Paredes Veléz mencionó al abogado que estaba “indignado por la falta de medicamentos”, por lo que el intercambio de palabras termino cuando el joven de profesión ingeniero en sistemas saco de su bolsillo un cuchillo de cocina y atacó a puñaladas al profesional del derecho.
Heridas de muerte
Según las autoridades el abogado recibió ocho puñaladas: cinco en el cuello y tres en el pecho. Al momento de ser atacado, el abogado y su victimario ingresaron al ascensor lo que fue aprovechado por una de las secretarias para avisar al departamento de seguridad del centro comercial, quienes procedieron a revisar las cámaras y observaron el ataque deteniendo el ascensor en el piso 14.
Al abrirse la puerta, el asesino salió corriendo hacía las gradas dejando a su paso las huellas de sus zapatos estilo burros marcadas con sangre. En su huida dejó atrás, al abogado que en un intento de pedir auxilio caminó, tratando de salir del ascensor, pero las graves heridas le robaron la fuerza y cayo al piso del ascensor ya sin vida, mientras que uno de sus pies quedo afuera del ascensor.
Mientras bajaba las gradas, el asesino era observado por los guardias que monitoreaban las cámaras de seguridad y quienes al mismo tiempo daban instrucciones a sus compañeros que escalaban las gradas para detener al criminal. En su intento de escape, mientras bajaba las gradas el asesino tiro por las escaleras el cuchillo pequeño que utilizó para cometer el crimen, lo cual fue observado por los guardias quienes ya sabía la ubicación del arma homicida para el momento en que llegaran las autoridades correspondientes.
Paredes Veléz fue interceptado por los centinelas cuando bajaba las gradas del cuarto nivel. De inmediato los uniformados le ordenaron que se entregara porque ya sabían que había matado al abogado y que de nada le serviría oponerse a su arresto.
Supuestamente entre los que participaron en la captura se encuentran dos exmiembros de la Policía Nacional quienes también le leyeron sus derechos y le quitaron los cordones de los zapatos para atar sus manos, manchadas con sangre hacía atrás y así evitar que las mismas se contaminaran y obstaculizaran el proceso de investigación.
Sometido a la impotencia, Rigoberto Paredes confesó en una pequeña declaración ante las autoridades que mató al abogado por cuestiones personales y que estaba “indignado por la falta de medicamentos” en el sector Salud.
Las autoridades se tardaron cerca de 30 minutos para realizar el levantamiento del cadáver, pero el mismo fue trasladado a la morgue del Ministerio Público hasta la 1:00 PM.
A eso de la 1:30 pm, Paredes Veléz fue sacado del edificio y traslado hasta la posta de la colonia Kennedy y de allí al Instituto de Ciencias Forenses.