La posibilidad de adoptar el llamado “quiebre de patentes” de los productos estadounidenses en respuesta al arancel del 50% impuesto por Donald Trump a las exportaciones brasileñas ha generado debates entre expertos en derecho y propiedad intelectual. Aunque la medida está prevista por la ley, su aplicación entraña riesgos legales y puede tener efectos secundarios en el entorno empresarial del país.
La abogada Karen Sinnema, socia fundadora de la firma Sinnema Barbosa, explica que el término más correcto para el mecanismo es la licencia obligatoria. El término “quiebre de patentes” es engañoso. La patente no deja de existir. Lo que sucede es la autorización para que terceros usen la tecnología sin el permiso del titular, generalmente previo pago de una compensación económica justa, detalla.
Según ella, la licencia obligatoria está prevista en la Ley de Propiedad Industrial (Ley 9.279/1996), pero sólo debe aplicarse en situaciones excepcionales. – No es un decreto a sola firma. Tiene que estar técnicamente fundamentado. Si se utiliza como represalia política, la medida puede trivializar el instituto y generar inestabilidad legal, advierte el experto.
Ausencia de cultura de protección
La abogada recuerda que Brasil ya enfrenta una fragilidad histórica en el tema de la propiedad intelectual. En la actualidad, hay más de 18 millones de empresas inscriptas en los Consejos Comerciales, pero sólo el 15% de ellas busca registrar sus marcas en el Instituto Nacional de la Propiedad Industrial (INPI), según datos de la FAPESP.
El brasileño aún no tiene una cultura consolidada de protección de sus creaciones. La trivialización de la licencia obligatoria puede reforzar la idea errónea de que invertir en innovación y registro de patentes es arriesgado, cuando ocurre lo contrario, “dice Karen
Precedentes en Brasil
Históricamente, Brasil ha utilizado la licencia obligatoria en casos específicos. El ejemplo más emblemático fue en 2007, cuando el gobierno autorizó la producción de genéricos del fármaco Efavirenz, utilizado en el tratamiento del VIH. En ese caso había una necesidad urgente de salud pública, con negociaciones previas para reducir los costos. Sólo después de este intento y el cumplimiento de todos los procedimientos legales es que la medida fue adoptada, explica el abogado.
En la práctica, la licencia obligatoria se aplica en situaciones de interés público, como el abuso del derecho por parte del titular de la patente o la necesidad de un amplio acceso a medicamentos estratégicos.
La tarifa y las alternativas
La discusión sobre “el quiebre de patente” se produjo poco después del anuncio, el 9 de julio, del 50% de recargo en los aranceles . Con la regulación de la Ley de Reciprocidad, el 15 de julio (Ley 15,122/205), la medida ganó espacio en el debate político. Se consideraban como un objetivo de drogas, software, tecnologías e incluso obras culturales, como películas, música y libros.
Sin embargo, dada la complejidad de la propuesta, el gobierno federal ha buscado otras vías. Además de las negociaciones diplomáticas con Washington, se está llevando a cabo la apertura de nuevos mercados y medidas internas para apoyar a exportadores como el plan lanzado el 13 de agosto.
Hasta la fecha, 700 productos brasileños han sido eliminados de la lista de recargos, incluyendo jugo de naranja, combustibles, minerales, fertilizantes y aeronaves civiles. Con esto, sólo el 36% de las exportaciones de Brasil siguen sujetas al arancel del 50%.
Es posible que la licencia obligatoria vuelva a la mesa, pero hoy se ve en un “baño-maría”. Los complicadores legales y económicos hacen improbable su aplicación inmediata, dice Karen Sinnema
Origen: FAPESP en los medios de comunicación
