Colombia: Víctimas de vacuna contra el VPH urgen exámenes especializados
María del Pilar Pomar Rivera es una de las activistas en Colombia que cuestiona los efectos nocivos de la vacuna contra el Virus del Papiloma Humano (VPH).
Para ella lo fundamental es que el Gobierno Nacional a través del Sistema de Salud atienda a las afectadas de una forma integral con exámenes especializados y no se estanque en el argumento de que esta problemática es un asunto de enfermedad mental.
Opinión y Salud la entrevistó para conocer su historia de vida, sus críticas al Gobierno Nacional y al sistema de salud.
O y S: ¿Qué tipo de exámenes especializados urgentes requieren las afectadas por la vacuna VPH?
María del Pilar Pomar: “son de diferentes tipos de diagnóstico como el Coulter, ecocardiograma y mesa basculante. Porque cualquier cardiólogo que vea a una niña con esos desmayos estos deben ser estudiados en lo cardiológico y neurológico. Además de otros como velocidades de conducción nerviosa, electromiografía, resonancias y exámenes de anticuerpos. Necesitamos la colaboración de neurólogos, cardiólogos, reumatólogos y endocrinólogos. E insisto que el tratamiento no es psiquiátrico, sino orgánico”.
¿Cuáles son sus críticas a los médicos frente a esta problemática?
M.P.P: “aunque tenemos profesionales de salud muy buenos que se han preocupado y han investigado. Estamos tristes porque hay maltrato de otros porque se han remitido simplemente a la videncia para diagnosticar locura. Para mí esto se debe de dar cuando ya se ha descartado el daño orgánico. Por eso me he sometido a diferentes exámenes especializados que afirman la afectación orgánica”.
O y S: ¿Cómo empezó su drama con los efectos nocivos de la vacuna VPH?
M.P.P: “hace un poco más de dos años por recomendación de funcionarios de Profamilia me aplicaron la vacuna VPH. Teniendo en cuenta los miles de casos de cáncer de cuello uterino que se presentan en el país y las muertes asociadas a esta patología”.
O y S: ¿Cómo se empezaron a manifestar los primeros síntomas?
M.P.P: “me aplicaron tres dosis. Con las dos primeras tuve síntomas como fatiga, sobreestimulación, calambres en las piernas, fatigas, urgencia fecal y urinaria, que inicialmente no asocié con la vacuna. En la segunda dosis empecé con la fatiga crónica, desmayos, pérdida de conciencia, convulsiones, lagunas mentales, problemas de concentración y parálisis”.
O y S: ¿En qué cambió su vida?
M.P.P: “soy contadora especialista en finanzas. Mi hija hace poco me tuvo que recordar las tablas de multiplicar. Era una mujer exigente, estricta y competitiva. Ahora estoy en condición de discapacidad, no puedo controlar un cambio de posición, ponerme de pie. Mi corazón o se acelera o se pone muy lento. Mi vida no es normal como lo era antes”.
O y S: ¿En qué va el caso de las niñas afectadas en el municipio de Cármen de Bolívar?
M.P.P: “es de total abandono. No se puede hablar de sugestión colectiva. Las víctimas siguen ahí. Ellas pueden un día estar bien y otro día muy mal”.
O y S: usted critica al Gobierno Nacional porque sabía de los antecedentes de esta vacuna y sus efectos nocivos
“Sí. El Invima desde el 2009 tenía una alerta sanitaria en España por las convulsiones de varias niñas. Tampoco tuvieron en cuenta otros datos de los miles de efectos adversos en Estados Unidos. En Dinamarca están investigando dos síndromes como el dolor y la disautonomía. Hay muchos casos en diferentes partes del mundo”.