La farmacia francesa ‘pierde’ esperanzas de conservar su modelo regulado
EL GLOBAL / París
El futuro del modelo farmacéutico regulado francés se tiñe de negro, con el fantasma de la liberalización mutando en realidad. Ya no son solo rumores atribuidos a un informe interno de la Inspección General de Finanzas (IGF) del Ministerio de Economía. Ni tan siquiera la propia ministra de Salud francesa, Marisol Touraine, puede asegurar el mantenimiento del modelo.
Durante la celebración de un encuentro el pasado 8 de septiembre entre la ministra de Salud y la presidenta de la Orden Nacional de Farmacéuticos de Francia, Isabelle Adenot, para debatir sobre el proyecto de Ley de Crecimiento y Poder Adquisitivo y, en concreto, de las medidas que propone el informe de la IGF —venta de medicamentos, incluidos de prescripción, fuera de las farmacias; entrada de inversión no profesional en la propiedad de boticas, permitir las cadenas y eliminar los criterios de ordenación y planificación para instaurar la libre instalación—, Touraine aseguró “ser consciente” de la transformación del sector que supondrían tales medidas pero en cambio “no pudo asegurar” a la farmacia gala “mantener el estatus quo” del modelo farmacéutico, según declaraciones que recoge el medio Le Quotidien du Pharmacien.
Por su parte, Adenot le trasladó que los parámetros que tumbarían dichas medidas “son aspectos claves de la profesión y la llave para defender la salud de los franceses” y denunció “la exasperación y la tensión que sufre la profesión por la ausencia de transparencia que rodea el proyecto de reformas”. Cabe recordar que hace unas semanas se produjo un relevo en la titularidad del Ministerio de Economía que ahora asume Emmanuel Macron, uno de los autores del ‘Informe Attali’ que ya en 2008 sugería liberalizar el sector de oficina de farmacia gala. Otro motivo menos para la esperanza.
No obstante, en ese encuentro mantenido con la ministra de Salud, la representación de la Orden Nacional de Farmacéuticos que encabezó Adenot le hizo entrega de un manifiesto en el que se incide que el mantenimiento de la venta exclusiva de medicamentos en las farmacias “es fundamental para conservar la unidad farmacéutica” y que la entrada de inversores no profesionales en la propiedad de boticas “presenta riesgos tanto para la independencia del farmacéutico como para la protección de los pacientes”. Asimismo, recoge una serie de alegaciones a la posible reforma de la ley farmacéutica gala que reforzarían la regulación y calidad del modelo, como la posibilidad de reagrupar zonas farmacéuticas o sugerir que no se permita la multipropiedad de boticas (como también plantea el informe de la IGF).