Medicamentos duraderos

1) Manténgalos en su empaque original. La opción de usar un pastillero para organizarse es práctica cuando se toman varios medicamentos, pero no todos toleran igual esta costumbre y pueden perder eficacia. Muchos vienen empacados herméticamente en blíster o reposan en frascos opacos por un motivo: bien porque el aire evapora o degrada ciertos componentes o porque la luz altera sus propiedades. Al conservarlos en su empaque también se evitan accidentes por falta de identificación o por fecha desconocida de expiración.

2) No los guarde en lugares calientes y/o húmedos. Esto descarta sitios como la guantera del carro, el baño o la cocina, que si bien son cómodos, no ofrecen las mejores condiciones. Los cambios recurrentes de temperatura en favor de la humedad y el calor pueden afectarlos. Elija un lugar fresco, oscuro y seco; si es en el dormitorio, puede ser una gaveta o el tramo de un closet. No los deje sobre la peinadora, si este mueble recibe sol directo. Si tiene niños, almacene estos productos en una cajita con candado para que los pequeños no se automediquen.

3) No los refrigere innecesariamente. Hay suspensiones que necesitan guardarse en la nevera una vez preparadas, así como productos que requieren expresamente conservar una cadena de frío desde su fabricación. No obstante, no es aconsejable enfriar productos que no lo especifican. Siga siempre las instrucciones indicadas en el prospecto o el empaque para óptimos resultados.

4) Si viaja, llévelos en el equipaje de mano. Así evitará las temperaturas extremas de la bodega del avión o del autobús y de los almacenes en los que se guardan las maletas.

5) No consuma fármacos sospechosos. Si observa que las tabletas han cambiado de olor, color o textura, o que los jarabes presentan características atípicas, no los consuma, aun si están vigentes según el empaque. Es preferible desecharlos que arriesgarse a ingerir un producto en mal estado